Para recordar a los seres queridos y exigir justicia en otros casos, en plazas y barrios están diseminados los monolitos cargados del sentimiento de sus familiares y amigos.
En plazas, parques y veredas de los barrios porteros continúan apareciendo los altares urbanos, como formas de expresión de afecto a esos familiares que han partido, con placas que contienen sus nombres, datos importantes o una frase especial, familiares se encargan de mantenerlos presentes en un lugar que según expresa, es menos doloroso que visitar un camposanto.
Según la información recabada en una publicación en el portal del diario El Clarín, la plaza Alberto Caccarezza en Villa Luro, existe un monolito de un joven a quien le encantaba disfrutar en la zona con sus amigos y era feliz, según su madre aparte del afecto, expresa la sed y necesidad de justicia en el caso de su hijo que falleció a los 21 años en Cromañón.
Estos altares forman parte de la voz del barrio que junto a murales, narran historias de sueños rotos, de injusticias y de sentimientos encontrados, inicialmente eran pocos, pero con el paso de los años la ciudad se ha ido llenando de ellos.
Familiares sostienen que curiosamente al visitar los monolitos, siempre aparecen otros que les cuentan historias vividas y anécdotas que les sirven para evocar y traer al presente a esos seres tan especiales.
Vale resaltar que estas piezas para homenajear a los difuntos, forman parte de una serie de iniciativas vecinales que aportan el subsidio respectivo, proveniente de las alcancías comunitarias.
Otras personas sostienen que esos monolitos son además un boleto al pasado y al futuro, son la garantía de mostrar a todos la historia de lo ocurrido, enviando un mensaje de redirección y hasta de justicia en casos que marcan la vida de todas las personas que habitan en dichos barrios.