Independiente oleó 4-1 a Nacional en Asunción y liquidó la serie de cuartos de final de la Copa Sudamericana. Salvo una catástrofe el 2 de noviembre en Avellaneda, el equipo de Ariel Holan ya hizo lo que tenía que hacer.
Con este resultados, palpita un posible clásico en semis porque el ganador de esta serie enfrentará al vencedor entre Racing y Libertad (en la ida triunfaron los paraguayos 1-0).
Las horas previas no habían sido las ideales para el club a raíz de las amenazas que recibió el entrenador Ariel Holan por parte del barrabrava Pablo Bebote Álvarez, ante la negativa del técnico de entregarle 50.000 dólares para que la barra del club pueda viajar al Mundial Rusia 2018.
No obstante, el plantel logró abstraerse de ello y aplicó su característico juego ofensivo, con equilibrio y buena elaboración de juego. Así, quedó muy cerca de avanzar en el certamen.
Los goles
Independiente no fue a especular y salió a marcar presencia en Asunción. El delantero de Nacional Luis Caballero debió haber sido expulsado por un brutal codazo a Fernando Amorebieta, quien debió ser reemplazado con un corte en el pómulo y un fuerte golpe en el tabique.
Había sido un desarrollo tedioso, con abundancia de imprecisiones, la primera porción de la etapa inicial hasta que apareció una muy buena maniobra del pibe Barco que terminó con una exquisita habilitación para que Meza estampara el 1-0 parcial. Pero poco le duró esa ventaja a Independiente. Porque en una pelota parada, Luis Caballero puso el empate con un cabezazo.
Las lesiones de Amorebieta y de Nery Domínguez tuvieron su influencia para bien de Independiente. Holan notó en el entretiempo que si el equipo aceleraba podía llevarse puesto a Nacional. Y entonces con la lucidez de Meza, las gambetas de Barco, el poder de fuego de Leandro Fernández y el trabajo parejo del resto lo liquidó rápidamente.