La declaración de Alejandro Burzaco ayer ante la justicia de Estados Unidos fue clave para esclarecer más el escándalo de la FIFAgate.
Al parecer Aníbal Fernández, Juan Manuel Abal Medina y Gabriel Mariotto también están involucrados en el controversial caso, por lo que el fiscal federal Gerardo Pollicita solicitará investigar a estos dos personajes por defraudación a la administración pública a raíz de la contratación de los derechos de televisión para transmitir los partidos de la selección argentina.
El fiscal imputará a los ex funcionarios kirchneristas que operaban el programa Fútbol para Todos y directivos de la empresa Torneos y Competencia SA, de haber cometido irregularidades en las contrataciones que realizó el Estado para quedarse con los derechos de televisión de ocho encuentros internacionales que batalló la seleción, por una gran suma de dinero que ronda los 33 millones de dólares.
Pollicita, además, solicitará que se aplique la inhibición general de bienes y se prohíba la salida del país de los 19 acusados. La lista la completan los empresarios Marcelo Bombau, Daniel Nofal y Burzaco, todos de Torneos y Competencias. También, el ex presidente de DirecTV Latinoamérica, Bruce Barret Churchill. El fiscal solicitará, además, la indagatoria de Ana Malecki, Silvina Arancibia, Juan Ripoll, Leonardo Ellenberg, Alberto Pomato, Frederick Vierra, Jacobo Bracco, Michael Hartman, Eduardo De Abelleyra y William Langden Wedum.
Para basar su solicitud, el fiscal busca demostrar que los funcionarios violaron la ley, ya que las contrataciones ejecutadas por el Estado fueron «arbitrarias» y «excedieron» los objetivos del programa Fútbol para Todos, informaron fuentes judiciales.
Por si fuera poco, Pollicita además, señala en su presentación que el Estado pagó sobreprecios por los derechos de televisión para transmitir partidos de la selección argentina.
Las participaciones internacionales más caras para el gobierno fueron el Mundial de Brasil, en 2014, por 18 millones de los verdes, y la Copa América de 2015, por otros en la que gastaron unos 8 millones de dólares.