Cristina Kirchner abrió una grieta en el Gobierno Macri

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Cristina Kirchner abrió una grieta que no tiene precedentes en Cambiemos, la alianza que hace tres años llevó al poder al empresario Mauricio Macri. Esta crisis lleva casi 15 días y alcanzó el hervor con la presentación de un pedido de juicio político contra el ministro de Justicia, Germán Garavano.

El documento que ingresó al Congreso lleva la firma de la diputada Elisa Carrió. El ministro encendió la ira de Carrió por una declaración que la diputada leyó como un apoyo a Kirchner, hoy envuelta en una sucesión de causas por corrupción que puede llevarla a prisión. El funcionario expresó: “No es bueno para un país tener en la cárcel a un expresidente”. En consecuencia para Carrió la expresión es una claudicación en el compromiso del Gobierno por la transparencia.

Asimismo, el juicio político no prosperará porque no sumó apoyo, ni siquiera entre la oposición. Sin embargo, puso de manifiesto cómo Argentina puede perderse en los laberintos de una novela política mientras arrecia la crisis económica.

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Carrió y su historia política con Cristina Kirchner

Carrió es un personaje muy popular en Argentina. En las elecciones legislativas del año pasado fue la candidata con más votos. Alguna vez intentó la presidencia en una confronta contra Cristina Kirchner. Siempre bajo la premisa de la lucha contra la corrupción. Ella misma se jactó de aportar las pruebas que condenaron al expresidente Carlos Menem por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Sin filtro en sus palabras, Macri la padece y al mismo tiempo la necesita.

Las imputaciones contra Garavano alcanzaron incluso a Macri. Ello evidencia de la gravedad de la crisis. En su momento más encendido, la funcionaria dijo que perdió la confianza en el presidente como soldado anticorrupción y condicionó cualquier acercamiento a la salida del ministro. Tras días de ataques contra Garavano, sorprendió a todos y dijo que el pedido de destitución del ministro había sido “una broma”.