Un barrio con todo el sabor de lo viejo y lo nuevo

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Bares, restaurantes u locales históricos, le dan sabor e identidad, al interesando barrio Barracas. El edificio Schindler, con sus hermosas cúpulas es un ícono que le da prestigio a la localidad. Esta edficiación construida por el propietario de Ferrocarriles del Sur, es un reflejo de la Bella época.

Barracas, se distingue por su diversidad cultural y edificaciones emblemáticas. Cada calle, cuenta la historia de inmigrantes que apostaron a estas tierras y se quedaron para sembrar un futuro. Por ello, el atractivo de Barracas, está constituido por la diversidad cultural y su estilo único e irrepetible.

Imperdibles las 24 horas del día

Este barrio, es uno de los lugares predilectos de los turistas, quienes en cada rincón encuentran historias que causan asombro. Restaurantes, bodegones y locales gourmet, aparecen en antiguas cocheras de carruajes. Uno de los mejores ejemplos de renovación, es el salón de antigüedades Nápoles, que sirve exquisitas pastas y pizzas. Así mismo este anticuario exhibe prendas de vestir estilo vintage, esculturas y objetos llenos de historia.

Desde el año 2007, Barracas se ha ido constituyendo como un interesante polo gastronómico que es referencia a nivel nacional e internacional. Por tanto en los restaurantes de la zona, se pueden encontrar excelentes exponentes de la gastronomía local. La zona se consolida como una estancia para beber con amigos y disfrutar de la buena música.

Un lugar digno de visitar, es el boulevard que va desde San Telmo a Barracas. El mismo se ubica entre Defensa y Montes de Oca, para formar un espectacular rincón del sur. El boulevard mantiene esa identidad de la aristocracia y europea. Antiguamente la zona, era concurrida por artistas apasionados por el mundo de la bohemia.

Algunos visitantes sostienen que el lugar se define como el nuevo Palermo. La activación de la vida nocturna y la movida cultural, es algo que va en aumento.




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